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viernes, 26 de septiembre de 2014

Una competición robótica en la que prima la diversión


La First Lego League lanza el desafío de la Educación para la prueba de este año.

Una competición robótica que relega a un segundo plano la disputa por el premio. Una ventana para que los más jóvenes conozcan las posibilidades que ofrece la ciencia y la tecnología. Un estímulo para las capacidades de futuros informáticos, ingenieros y programadores. Una auténtica olimpiada en la que no se podrá ganar sin aprender, pero tampoco sin divertirse.
Eso es la First Lego League (FLL). O por lo menos una parte de ello porque también puede concebirse como «una apuesta decidida para despertar vocaciones».


La definición pertenece a Álvar Herrero, impulsor de esta prueba en la ciudad. Explica que el torneo persigue la finalidad de programar un robot autónomo para sumar puntos en una superficie de juego temática (similar a la de la imagen) en la que debe mostrar una solución innovadora a un problema durante dos minutos y medio.
Deberán hacerlo niños y niñas de entre 10 y 16 años en equipos formados por un máximo de 10 miembros y un entrenador adulto.


Por si la propuesta no fuese lo suficientemente complicada, Herrer advierte que se pretende ir un poco más allá. De esta forma, en lugar de fijar una pregunta concreta se deja una gran libertad incluso para establecer la cuestión que se debe solventar.
En esta edición, el tema elegido es tan amplio como la educación. Los participantes deben rediseñar la adquisición de conocimientos en las aulas y las habilidades para crear nuevas formas de aprender.
«Los problemas pueden ir desde suplir carencias del sistema hasta la aplicación de nuevas tecnologías», ejemplifica Herrera.


Al margen de la competición, los equipos también deben desarrollar un proyecto científico que presentarán ante un jurado. «Deben ser lo mas creativos posible porque también es un aspecto a valorar», comenta Herrero, quien recuerda que en alguna edición han defendido sus ideas en inglés o cantando una canción de rap.
Pero ni una prueba excelente ni un proyecto perfecto pueden garantizar el primer puesto. «Quedarán fuera aquellos grupos que no cumplan con los valores de la FFL colaboración, respeto y, sobre todo, la diversión».

Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/2014-09-24/una-competicion-robotica-en-la-que-prima-la-diversion

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